Aprovechando que algo ha llovido al final de las Navidades volviamos ayer al Leitzaran, un río que nunca defrauda. Lo que en un principio parecía que íba a ser una bajada mano a mano con Mikel fue convirtiendose en grupo numeroso; y es que fueron apareciendo los navarros, los del baztan, y como no podía ser menos, el incombustible Txus que acaba de llegar de una expedición al Brahmaputra. El caso es que nos juntamos un grupo de once personas que disfrutamos del Leitzaran con un caudal aceptable y divertido, idoneo para un grupo tan numeroso.
Como sabréis, la circulación de coches en el tramo final de pista ha sido regulado y se está buscando una solución con el organismo competente para permitir el paso eventual de coches para la práctica del piragüismo. Espero contar pronto con noticias favorables.